¿Te gustaría que tu madre te vistiera por el resto de tu vida? ¿O que te acompañara a todas partes siempre? No necesitaste un maestro para ser independiente en estas cosas básicas y muchas otras, ¿por qué piensas que tu hijo necesita de un maestro para aprender sobre algo?

En los sistemas educativos tradicionales, los estudiantes se preparan para acatar órdenes y cumplir con las instrucciones que reciben: se les dice qué hacer, qué decir, cómo decirlo. Ellos ven el mundo a través de los ojos de sus maestros. En cambio, un estudiante autónomo es capaz de comprender el mundo sin ningún intermediario, usando sus propias habilidades.

Aprender de forma autónoma significa poder hacer preguntas y encontrar sus respuestas, plantear metas, ver problemas, proponer soluciones y superar desafíos. La investigación dice que necesitas unas 10 000 horas para ser un experto en cualquier cosa. En los sistemas educativos tradicionales, los estudiantes pasan 13 200 horas esperando que un maestro les diga qué hacer. ¿Qué podemos esperar de estos estudiantes cuando alcanzan la vida adulta? Siempre estarán esperando las instrucciones de alguien, ¡no tendrán iniciativa por sí mismos!

Los educadores deberían estar a disposición de sus estudiantes para guiarlos en su crecimiento y desarrollo como estudiantes autónomos, pero convertirse en un estudiante autónomo significa aprender a trabajar para plantear y alcanzar sus propias metas.

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